lunes, 7 de junio de 2010

Ni principios ni finales, solo intensidades.

14 comentarios:

I need a miracle dijo...

Buenos días,
se echaban de menos tus mensajes sin palabras, a base de imágenes.

Creo que se a lo que te refieres, creo que en definitiva lo importante es la intensidad con la que se vivan las cosas y hacer porque las cosas que vivamos sean intensas.

Besos

Noite de luNa dijo...

¡¡ Por fin !!!
Nada puedo añadir a lo dicho por SiEsLo...
Salvo que con ganas os haría a los dos unas aguadillas.

Besos

NINA dijo...

La expectativa con la que esperé que se cargara el video era tal...
Y sólo me salió un UFFFFF!!!!! cuando lo vi...

Sin palabras, me dejo!
Tan sencillo y tan profundo.

Saluti

hiniare dijo...

Un maestro sufí dijo: "La ola, el océano y la espuma/ los tres son uno y lo mismo./ No es sino un único Ser/ desde lo ínfimo hasta lo más grande". ¡Qué ganas me dan de ir a fundirme con la inmensidad (marina)!

Say dijo...

El mar es el lenguaje de la intensidad...vamos a él en la melancolía y en la alegría y en los atardeceres lo sentimos en una intimidad inmensa y en las noches nos da su misterio y su fuerza...Por eso el video que traes es tan sugerente y dice tanto...

"La sal que dejaron las olas...". José Hierro

RAB dijo...

Qué relajante...

RAB dijo...

Mediterráneo o Cantábrico??

Mercedes Thepinkant dijo...

Suscribo el comentario de Inihare.
¿Lo que se ve abajo a la izquierda es un cangrejo? Me pareció que se movía...
Besos

mariajesusparadela dijo...

Cantábrico o Atlántico, así también nosotros.
Y tu blog.

tula dijo...

Pues..... desembocadura del río Miño, Atlántico pero justo antes de morir en el mar.
besos.

Raticulina dijo...

Aunque a veces uno parece subido en la gran ola Pororoca que penetra desde el océano por el Amazonas y tarda kilómetros en desvanecerse...

Un beso

El Pinto dijo...

Imagen, sonido y vida relajante. Mucho en aparentemente tan poco
Un placer

emejota dijo...

Bien cierto. Precioso video y su sonido. Un abrazo.

PÁJARO DE CHINA dijo...

Solo intensidades, solo vibraciones atrapadas en un cuerpo del que deben emerger, desaprendiendo lo aprendiendo. Flujos y reflujos, como el mar variable que es el mar y sus declinaciones hipnóticas. Si yo supiera dejar mis zapatos, mis libros, mis enciclopedias en la orilla, tula, y unirme espontáneamente a esa vibración donde el tiempo es tan solo agua ...

Gracias por ver adentro y abajo. Y desde muy arriba, como un pájaro.