martes, 20 de octubre de 2009

Relatos....de poder.

Estoy en una ciudad cualquiera de unas 300.000 ¿almas? en este país.
Acabo de empezar a estudiar en una escuela de arte (asignatura pendiente).
No conozco absolutamente a nadie, ni a la ciudad.
Comienzo de nuevo a crear una vida, la mía.
He naufragado emocionalmente, energéticamente, afectivamente, 10 años 10....toda una vida...o un quinto de ella.
Cada vez que comienzo se más pero no quiero que eso limite mi asombro ante la vida.
Todo me es nuevo y viejo a la vez.
Las vueltas al Sol observo que crean marginación y desprecio.
Siempre estamos solos y nos embrutece, otra cosa es el apartamiento voluntario, pues limpia y libera....pero hecho de menos el calor humano, la mirada cómplice, el calor de una mano, el olor deseado.
....que desolación, da igual que esté vivo o muerto.

4 comentarios:

Raticulina dijo...

Tula, sentirse solo, desolado, no es patrimonio del "exiliado"...yo vivo en la ciudad donde nací y qué te voy a contar de la soledad... sé que en tu caso ha de ser un sentimiento más agudo y patente, pero recuerda que cada día es un milagro...quién sabe lo que puedes encontrar a la vuelta de la esquina...

Ahí va un saludo bloguer, por si te sirve de algo.
Un beso

tula dijo...

...de mucho, ese día fue terrible, mi destierro voluntario e impuesto...no cabíamos tres...dejando atrás mares, cielos, seres, olores...
otro beso deseándote lo mejor.

Raticulina dijo...

No me ha subido hasta hoy tu entrada en mi escritorio blogguer, y la verdad es que no me he fijado en la fecha...bueno, da igual, más vale tarde que nunca

Fata Morgana dijo...

Tampoco me suben a mí tus entradas actualizadas.

En fin.
Yo soy de otro país y no te digo cómo me siento a veces... Pero creo que este tipo de experiencias, mi querido Tula, son parte del aprendizaje. Y sí, porque viendo lo que hay fuera, puedes mejorar lo que hay dentro. Seguro que tú no quieres parecerte a esos que te marginan, tú no lo harías.
Lo bueno es que puedes hacer ese curso. Luego volverás con los tuyos nuevamente, y quién sabe, seguro que en el interín pillas a algún/a marginal que se adhiera a tu soledad.

Digan lo que digan, la soledad (cuando no es elegida) puede ser peor que la muerte.