Lo conocí hace tres años y le estaban pegando una paliza por algo que no hizo....
pertenecía a la etnia Wolof y salió de una playa al norte de Senegal camino de las islas Canarias. Después de una semana de navegación, llegó a la costa en buen estado y
fué internado en cuarentena y enviado a la península.
Durante un tiempo anduvo vagando por la costa sur de Granada...... compartiendo con él un tiempo y un espacio.
Me enseñó en su idioma, como se llamaba el mar, las estrellas, la luna, las nubes, el sol.......y me hablo de los Baobab de su tierra, del hambre y de las cabras.
También me fijé en un pequeño hueso que llevaba atado alrededor de la rodilla con un fino cordel le pregunté para que era y me explicó que se lo dio su madre antes de cruzar el mar, el hueso era de buitre, pues según su madre así nunca pasaría hambre ya que el espíritu del buitre siempre estaría con él y con su buena vista le ayudaría a encontrar comida.......
un buen dia desapareció y ya nunca lo volví a ver......
2 comentarios:
Buen post.
Hoy, en el metro Diego de León de Madrid, gran jaleo. Chico senegalés con sampler y 3 djembes. Pasar por delante de él era como situarse delante de un planteau. Él miraba a su fans sonriendo de oreja a oreja, metido en sus rastas, su traje típico y su belleza natural, como si quisiera decirnos: "Ala, esclavos, id al curro ¡no sabeis lo bien que me lo paso yo aquí!". Su expresión era de alegría absoluta, orgullo y dignidad. El artista nunca pierde su espiritualidad, aunque viva con lo puesto.
Los que no pueden serlo, los que venden en el top manta, ese mini mercado ambulante hijastro de la patera emocional de la que muchos no se bajan nisiquiera en tierra firme -no los dejan-, ya es otro cantar. Son como zanahorias arrancadas de raiz y arrojadas al fango... ¡cuánto desperdicio!
....debe ser..... el "estigma de Caín" de "Demian" de Herman Hesse.
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